1 pollo de 1 kg
300 g de macarrones
2 huevos
150 g de guisantes
1 cebolla
50 g de gruyer rallado
1 tomate
1 pizca de pistilos de azafrán
1 cucharadita de café de alcaravea
1 cucharadita de café de harissa
25 g de perejil
1 diente de ajo
5 cc de aceite de oliva
sal
pimienta negra
Desvaine los guisantes
Escáldelos unos 6 min en agua salada.
Escúrralos.
Cueza los huevos.
Pélelos, píquelos y resérvelos.
Corte el pollo en trozos.
Rehogúelos en 5 cc de aceite de oliva.
Salpimiéntelos.
Añada la alcaravea.
Añada la cebolla picada, el diente de ajo y la harissa. Vierta 1/2 vaso de agua azafranada.
Mezcle.
Cubra con agua y cuezalo tapado unos 15 min.
Cueza los macarrones unos 10 min en agua salada. Escúrralos.
Resérvelos.
Retire los trozos de pollo.
Deshuéselo y corte la carne en taquitos.
Vuelva a meterla en la preparación.
Añada los guisantes, los huevos picados, el tomate cortado en daditos y el perejil picado.
Mezcle la preparación, en un cuenco, con los macarrones. Póngalo en una bandeja y espolvoree de gruyer.
Métalo entre 5 y 10 minutos en el horno, en la posición del grill.
Para designar el gratén de macarona, los tunecinos emplean el término mjamra.
En la región de Túnez, las preparaciones de pasta son particularmente apreciadas por sus habitantes.
Según las familias, se consumen de dos a tres veces por semana.
Excelente y refinada, la gastronomía tunecina ha aprovechado diversas influencias mediterráneas.
Esta receta es un bonito homenaje a la península Itálica, tan cercana.
Una vez cocidos en agua hirviendo, los macarrones han de mezclarse a continuación con los demás ingredientes. Recalentada
en el horno, esta pasta en forma de tubos se cubre de gruyer rallado.
Éste permite que el gratén conserve su molicie y sabor.
|