6 supremas sin piel ni indeseables
una cebolla
2 cucharadas de manteca blanda
2 cucharaditas de perejil picado
sal, pimienta negra y nuez moscada a gusto
una lata de morrones al natural
3 dientes de ajo
100 g de aceitunas en tajaditas
100 g de queso fresco picado
12 tajadas de panceta ahumada
ensalada de hojas a gusto
Corte las supremas en trozos.
Pele la cebolla y procésela.
Rehogue la cebolla en la manteca.
Vuelva a procesar la cebolla con su juguito más los trozos de suprema y el perejil.
Sazone a gusto con sal, pimienta negra y nuez moscada.
Vuelque la pasta de pollo sobre la mesa humedecida con agua y, con el palote también humedecido, extiéndala dejándola de unos
3 o 4 milímetros de espesor.
Corte la pasta en medallones usando un cortapastas de 8 a 10 centímetros.
A medida que los corte, levántelos con una espátula y colóquelos sobre separadores de freezer.
Amase bien los recortes y siga haciendo más medallones de pollo.
Abra las lata de morrones al natural, escúrralos y píquelos finamente.
Póngalos en un bol.
Agegue los ajos triturados, las tajaditas de aceitunas y el queso picado.
Aplaste todo con un tenedor hasta formar una pasta.
Unte con esta pasta la mitad de los medallones de pollo y tápelos con la otra mitad, armando una especie de sándwiches o hamburguesas
rellenas.
Sujete el borde de cada hamburguesas con tiras de panceta y asegúrelas con un palillo.
Aselas sobre la parrilla o en sartén de teflón hasta dorarlas bien de ambos lados (unos 10 a 12 minutos, aproximadamente).
Sirva una hamburguesa por plato y acompañe con ensalada a gusto.
Quedan muy bien con una combinación de hojas verdes.
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