2 blancos de apio chicos y tiernos
2 cubitos de caldo de verduras
agua cantidad necesaria
3 supremas de pollo
2 cucharadas de manteca
2 cucharadas de harina
2 tazas de leche fría
sal, pimienta y nuez moscada a gusto
4 cucharadas de queso rallado
4 cucharadas de copos de maíz

Limpie los blancos de apio, saque los tallos duros y quite a los otros las nervaduras con un pelapapas.
Córtelos en trozos no muy chicos.
Póngalos en una olla con un cubito de caldo desmenuzado, cubra con agua y deje hervir hasta que estén al dente (de 7 a
10 minutos).
Escúrralos.

Mientras, en otra cacerola, hierva las supremas con agua y un cubito de caldo desmenuzado.
Cuando estén cocidas (10 minutos aproximadamente) escúrralas y córtelas en cubos.
Reserve.

Mientras ambos ingredientes hierven; prepare la salsa; derrita la manteca y mézclele la harina.
Echele la leche de golpe y revuelva con un batidor de alambre.

Siga revolviendo, ahora con cuchara de madera, hasta que hierva, espese y se forme una salsa suave.

Distribuya el pollo en 6 cazuelas individuales.

Sazone la salsa blanca con sal, pimienta, nuez moscada y 2 cucharadas de queso rallado.
Mézclela con el apio y tape el pollo que está en las cazuelitas con esta mezcla.

Triture los copos y mezcle con el resto del queso.
Espolvoree las cazuelas y gratine en horno caliente 8 a 10 minutos.
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